Periodismo de la nueva era

jueves, 11 de junio de 2009

Carta de Mumia Abu Jamal sobre Obama en El Cairo

Como en el caso de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el
presidente Barack Hussein Obama se benefició más de quien no era que de
quien era al dirigirse al público en El Cairo.


No era George W. Bush, un demoledor de palabras capaz de convertir
un discurso en un instrumento de tortura.


Con tranquilidad y confianza en sí mismo, oratoria clara,
conocimiento de fondo y el poder de su historia personal, Obama rasgueó
unas cuerdas jamás rasgueadas por un presidente estadounidense.


Hay que decir en primer lugar que ningún otro presidente hubiera
probado dicho escenario por estar consciente de las amenazas a la
seguridad en una región donde Estados Unidos es considerado como un
gandalla imperial.


Mientras los presidentes anteriores han proyectado arrogancia, él
mostró compasión; mientras su antecesor reveló su imbecilidad, él
mostró su erudición.


Para un acto de teatro político, su interpretación fue estupenda.
Pero sí, fue teatro.


En última instancia, la política se trata del poder. Dado que el
poder del imperio de Estados Unidos está menguando, este discurso fue un
llamado a los árabes y egipcios a sumarse como “socios” al proyecto
imperial estadounidense contra el “extremismo violento”. De esta
manera, Obama continua el proyecto 9/11 empezado por Bush-Cheney, pero
él intenta evitar el unilateralismo de los regimenes anteriores. Por lo
tanto, Obama calificó la guerra contra Afganistán como “de necesidad”, y
la contra Irak, “de elección”.


En vista de esto, es interesante que haya escogido a El Cairo para
pronunciar este discurso o, en realidad, cualquier capital árabe. Aunque
Egipto es un país musulmán muy grande, está lejos de ser el más grande.
Ese honor se le concede a Pakistán, que tiene una población musulmana
tres veces más grande que Egipto. De hecho, de los diez países del mundo
con las poblaciones musulmanes mayores, Egipto ocupa el séptimo lugar y,
entre los países árabes, el primero. La mayoría de los musulmanes del
mundo viven en Pakistán, Indonesia, Bangla Desh, la India y por toda
África.


Pero Egipto es uno de los recipientes más grandes de la asistencia
civil y militar de Estados Unidos, y esto prácticamente garantiza una
acogedora ceremonia de bienvenida de la élite, aunque el país está tan
lejos de ser una democracia como el ratón de la Luna, un hecho
cordialmente ignorado por Obama. Además, ¿por qué será que casi todos
los aliados de Estados Unidos en la región son dictaduras en las cuales
los líderes dirigen la enemistad de sus militares y policías contra su
propia gente?

Esto nos dice algo sobre la confianza estadounidense en la mera
noción de la democracia, ¿verdad?

Los brutales y letales ejércitos internos, la policía secreta y la
tortura son la trifecta de los aliados favorecidos de Estados Unidos, y
estas realidades producen un éco más fuerte que las dulces y elocuentes
gentilezas de la diplomacia de Obama.


A decir verdad, Obama les ganó con el saludo universal musulmán "
As Salamu Aleikum ", que significa "La Paz sea con ustedes."


Pero la paz, aunque es triste decirlo, no es precisamente una
realidad cuando el gobierno de uno está en guerra contra su propio
pueblo para defender a unos corruptos líderes políticos.


El régimen de Obama presentó este evento como “un nuevo comienzo”,
y dados sus extraordinarios dones políticos y oratorios, así fue. Citó
el Korán por lo menos dos veces, respaldó la igualdad de las mujeres, y
llamó la ocupación israelí por su nombre: una ocupación. ¿El comienzo
de qué? El tiempo dirá.


Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal


Escrito 4 de junio de 2009
(c) '09 Mumia Abu-Jamal
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México

1 comentario:

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